Los peques son los habitantes de la casa que están más desprotegidos frente a posibles accidentes que se produzcan en el hogar. Su desconocimiento del entorno que les rodea y su fragilidad los hacen muy vulnerables ante las posibles situaciones peligrosas que puedan surgir dentro de casa. ¿Sabes cuáles son los accidentes domésticos más comunes de los niños, cómo proteger a tu hijo de ellos y cómo actuar en caso de que ocurran?
Éstos son algunos de los accidentes domésticos más habituales en los que suelen estar implicados los menores:
Electricidad
Los enchufes y cables eléctricos son muy peligrosos para los niños. Cuando comienzan a gatear, su curiosidad les acerca peligrosamente a ellos. Algunas medidas para minimizar riesgos consisten en:
- Proteger todos los enchufes de la casa. Sobre todo, los colocados al alcance de la mano de los pequeños, para impedir que metan en ellos los dedos.
- Enchufes con toma de tierra. Son una buena opción para prevenir calambres y accidentes.
Quemaduras
No son pocos los niños que han sufrido quemaduras de cierta consideración jugando en casa. Algunas de las precauciones más elementales son:
- Si no lo ven, no lo tocan. Evita que los mangos de las sartenes o cazuelas sobresalgan de las placas. ¡Son un auténtico reclamo para los peques!
- En la cocina no se entra. La cocina es la estancia de la casa más peligrosa para los niños. Puedes instalar unas puertas de seguridad para bebés, similares a las que se colocan para evitar caídas por las escaleras, en la puerta de la cocina. Así evitarás que tu peque entre en ella. Nunca le dejes jugando en el suelo debajo de los fuegos de la cocina. ¡Cualquier descuido puede provocar que se derrame lo que se está cocinando y se quemen!
- Precauciones durante el baño. La piel de los bebés es extremadamente fina y delicada. El agua demasiado caliente puede provocarles quemaduras.
- Cuidado con la plancha. Puede que no veas venir a tu peque y que éste tire del cable y le caiga encima la plancha. El golpe y la quemadura pueden resultar fatales. Para evitarlo, lo mejor es que planches en un rincón apartado e inaccesible para el niño. Si puede ser con la puerta cerrada, tanto mejor.
- Evita las estufas y ten cuidado con los radiadores. Los peques tienden a agarrarse a cualquier cosa que vean y podrían quemarse.
Cortes
Como es lógico, se debe mantener a los niños apartados de los objetos cortantes. Para reducir riesgos:
- Cierres de seguridad en los cajones. Instálalos en los cajones de la cocina donde se guardan los cubiertos (y productos de limpieza, ya de paso).
- No dejes cuchillos en la encimera. Acostúmbrate a guardarlos después de cada uso. Así cuando el peque sea capaz de llegar a la encimera de la cocina, no tendrás que luchar contra malos hábitos y rutinas.
- Mantén fuera de su alcance las tijeras. Y cualquier otro objeto cortante que suelas utilizar en tus labores domésticas.
Intoxicaciones
Los niños descubren el mundo con la boca. Por eso, tienen tendencia a meterse en la boca todos los objetos nuevos que descubren. Por ello conviene apartar de ellos sustancias que puedan ser tóxicas, como los medicamentos o los productos de limpieza (especialmente, si contienen lejía).
- Guarda los productos peligrosos en lugares elevados. Así se dificulta su acceso a ellos. Si no te resulta posible, instala cierres de seguridad en las puertas.
- No rellenes las botellas. Usa sus envases originales y deséchalos cuando el producto se acabe. Así evitarás confusiones.
Caídas y golpes
Son unas de las causas más frecuentes de accidentes infantiles en el hogar. Los niños tienden a girar sobre sí mismos incluso con pocos días de edad. Se deben de evitar a toda costa, sobre todo, los golpes en la cabeza. Para ello:
- Una cuna segura. Cuando los niños sean pequeños y duerman aún en la cuna se debe extremar la precaución de mantenerla acolchada e instalar protectores. Además, evita el riesgo de asfixia colocando al bebé a los pies de la cuna. ¡E el lugar más seguro para él!
- Cuidado con las escaleras. Si en tu casa hay escaleras, pon especial cuidado en impedir que se desplacen por ellas solos e instala puertas de seguridad para evitar accidentes.
- Nunca le dejes solo en un sofá ni en una cama grande. Al 90% de las madres le sucede: su bebé se queda dormido y para no despertarle, le dejan allí, convenientemente protegido con cojines alrededor. Se marchan un segundo al cuarto de baño y… ¡Sorpresa! El bebé ya no está en la cama. En este caso, el peor golpe se lo lleva la cabeza. Los servicios de urgencias de los hospitales infantiles atienden centenares de casos como éste al año. Los golpes en la cabeza resultan especialmente peligrosos para los niños pequeños ya que sus efectos pueden resultar duraderos. Si tu bebé se ha dado un fuerte golpe en la cabeza, primero debes comprobar si la zona afectada por el impacto sangra o presenta herida, hematoma, contusión o chichón. También debes examinar la nariz, ojos y oídos para detectar posibles hemorragias internas. Si tu bebé tiene menos de 12 meses, debes acudir a un hospital para que puedan hacerle una resonancia. Lo normal es que después del berrinche y aunque todo esté bien, el niño se duerma debido al cansancio provocado por el susto y el llanto. Puedes dejarle descansar, pero debes prestar atención para detectar si el peque presenta mucha somnolencia o le cuesta despertar tras un golpe en la cabeza.
- Atención piscinas: zona de especial peligro. Unos pocos centímetros de agua bastan para provocar el ahogamiento de un niño pequeño que aún no sabe nadar. Por este motivo, jamás le dejes sólo en la bañera e instala vallas adecuadas para bebés alrededor de tu piscina.
- Ventanas abiertas: una tentación peligrosa. Igualmente peligrosas resultan las ventanas abiertas. Muchos niños sienten la tentación de subirse a la mesa, una silla o a la cama para asomarse a ellas. Instala cierres adecuados para niños, así como mosquiteras y barrotes exteriores. Una caída por la ventana, incluso desde un primer piso, puede resultar mortal para un niño pequeño. ¡Mejor prevenir que lamentar!